viernes, octubre 13, 2006

El rescate de una oralidad estetizada


Fui el martes pasado al Foro Bicentenario Latinoamericano: La Construcción de las memorias nacionales, Mitos, tabúes y silencios de la historia. En realidad, lo hice empujado por la presencia de Marc Ferro, historiador francés que estuvo discutiendo en el Primer panel sobre la Politica de la Memoria, junto con Cristóbal Aljovín (Perú), Gustavo Rodríguez (Bolivia), Cheyre (así, a secas), todos ellos presentados por Eduardo Cavieres (que al lado de Ferro parecía tener menos carisma que un gendarme).

Era en el Centro Cultural Matucana 100. Nunca había ido al lugar, así que una vez finalizado el segundo panel a eso de las 6 de la tarde, me dediqué a explorar la sala que estaba abajo del auditorio principal y que me tenía intrigado ya que cada vez que iba al baño miraba una serie de sillas de cuero blanco dispuestas de forma azarosa en la sala. Ya liberado de las discusiones sobre historia, baje por décima vez al baño y decidí sentarme en una de ellas. Lo que ocurrió fue en un inicio intrigante terminando en lo cómplice. Poniendo mi oído hacia un lado pude distinguir como una voz me hablaba sobre su experiencia post-golpe militar del 73, específicamente las dificultades que encontró para conservar sus libros y como esa necesidad de retener se volvió peligrosa al punto ver como detenían amigos por andar por la calle, así campantemente, con un libro titulado: la revolución industrial. Por lo visto las estrechas mentes castrenses no distinguían conceptualizaciones, sólo importaba la carga simbolica de ciertas palabras: revolución, cambio social, pueblo, sociología, o todo aquello que sonara a solidaridad izquierdista o con la gente. Allá, en otra silla, los problemas de hacer desaparecer los libros que quedaran en stock de la editorial Quimantú.

Mas allá, una proyección de imágenes de milicos quemando quien sabe que tipo de libros inocuos y peligrosos al mismo tiempo demostraban y complementaban el objetivo de la instalación sonora de Lorena Zilleruelo.

La instalación en sí, nos invita a entrar en el mundo del secreto y de la sospecha rescatando la atmósfera de contínua y sigilosa persecución del pensamiento libre durante los días posteriores al Golpe.

Considerando la noción de pérdida como soporte, establece las relaciones entre visualidad y sonido, respecto a un espacio de intimidad e interactividad con el espectador. Traslada la oralidad testimonial desde un ámbito ajeno a las artes hacia un espacio estético que privilegia la dimensión vivencial del sujeto en la historia, lo cual tiende a relacionarse mas con el aspecto de la cotidianidad del que testimonia y no tanto con la dimensión heroica y de lucha abierta de otros sujetos. Al sentarse y escuchar estos testimonios la persona acoge al Otro y se hace parte del secreto y de la intimidad del accionar clandestino de la época. La especial posición de entrega y complicidad a la que se entrega uno, al ubicarse en una situación de desemparo y entrega sólo hacia el mensaje recibido, da cuenta de la dificultad de comunicación de ese tiempo y la posibilidad atemporal de ser liberados.

Pero existe una segunda lectura, de tono mas crítico, en la que deriva la instalación, y ella tiene que ver con la desaparición del carácter Oral de la memoria. Es decir, la imagen como transportadora de información y sensación, en detrimento de la palabra hablada, la desaparición de una parte importante de la memoria producto de la presión de los mass media, la forma y de la imitación en la vida moderna. En este sentido, la memoria aniquilada por el terror, infligido o sufrido, está ligada a su vez al asesinato del lenguaje, desencadenando a su vez, una pobreza en la comunicación de las ideas que, huelga decirlo, permite construir sociedad desde una postura crítica.

1 Comments:

Blogger lô-zi

Hola Mauro,
Gracias por haber escrito acerca de mi trabajo y de la quema de libros. Este trabajo es una investigación que comencé hace 3 años y me da mucha motivación ver que aún induce a escribir.
El conjunto de los testimonios ya ha empezado a escribir un pedazo de nuestra historia.
Te invito especialmente tí e invito a todas las personas que les pueda interesar a venir a la intalación sonora "Memoria de los libros, exhumacion de una historia" a realizarse esta vez en la sede del Consejo Nacional de las Artes en Valparaíso. La inaguración será el próximo Jueves 15 de Febrero a las 12 del día. La exposición durará hasta el 15 de marzo del 2007.

2:06 a. m., febrero 14, 2007  

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